21 jun 2007

Juego de niños--

La aldea global de Mc Luhan, caracterizada por la interacción y desarrollo de los medios tecnológicos se ha convertido, más que en la sociedad de la información (término bastante discutible), en la sociedad de la interacción; interacción mediada, producida en, y patrocinada por la publicidad.
Desde hace ya algunas generaciones, los seres humanos, vivimos con la publicidad y los medios. Tenemos un modo de vivir mediatizado y con necesidades que sólo el consumo puede satisfacer. Queramos o no somos, una sociedad consumista.
Tanto es así que, las generaciones nacientes ni siquiera se sienten invadidas como en algún momento lo hicieron nuestros antepasados. Anormal es no estar a la moda o no tener lo que los medios venden.
Hoy en día, los procesos de socialización de un niño pasan, inexorablemente, por la influencia publicitaria. Así como cuando los padres critican a las personas fuera de norma y, posteriormente y sin querer, sus hijos modelan las rebeldías criticadas. Paul Virilio, un ensayista francés quien reflexiona sobre la galaxia cibernética y los efectos de las nuevas tecnologías, plantea que los niños son el reflejo de los prejuicios de sus padres.
Los adultos contemporáneos reniegan constantemente (sean practicantes o no) del consumismo exacerbado y de la publicidad que cada día los invade más pero, de cualquier modo, viven inmersos en la dinámica (a estas alturas no creemos posible quedarse al margen), y sus hijos son herederos de esos patrones.
Cuando los adultos comienzan a actuar inteligentemente y a ser más selectivos en cuanto al consumo, sus hijos nacen formando uno de los mercados más importantes de hoy en día: los niños.
Los que saben del negocio publicitario y el público en general lo han advertido: los mercados son cada vez más inteligentes como lo plantea el manifiesto del Cluetrain en respuesta a esas repetitivas formas de venta. “Como resultado, los mercados se vuelven más inteligentes, más informados, más organizados.” Se hace imperativo cambiar la dinámica; si la publicidad comienza a decaer, ¿cómo hacer para vender?
Las grandes empresas han decidido atacar, aún más, un nuevo blanco. Los niños con su inocencia, su astucia, y su personalidad en formación, han llenado un vacío, constituyéndose en un súper-mercado.
Ya la discusión no se trata de qué productos son buenos o malos para los infantes; el foco de la discusión actual apunta hacia la agresividad del mercadeo para niños. Todos los padres (consumistas de por sí) tienen gran debilidad por sus niños, son un “talón de Aquiles”, por lo tanto, al convencer al niño, se convence al padre. Como la persuasión infantil no es “juego de niños”, las compañías se valen de todos los recursos: tecnología, creatividad y asesoramiento psicológico. Si esto es ético o no, poco le importa a las organizaciones o las agencias. Como plantea el documental “The Corporation”, una organización es un “ente sin alma que salvar”. La teoría de sistemas lo explica también, una organización persigue un fin común específico, una misión, que la mantenga a flote en el mercado; necesita resultados tangibles. Y, en la búsqueda de esos resultados se pierde muchas veces la moralidad y se gana en creatividad.
En las primeras tesis del Cluetrain se plantea que los mercados son conversaciones. ¿Qué mejores generadores de conversaciones que los niños ávidos de nuevos hallazgos y con amplísima capacidad de asombro?... La inteligencia alcanzada por los mercados, tras años de mercadeo, no puede decirle que no a la sonrisa de un niño.

1 comentario:

Yimmi Castillo dijo...

Guenassss... Saludando ando... por cieeto, donde es que se apaga la música?
Con respecto al post, hace poco, en el exámen final de RRPP, comentamos este tema del mercado infantil. Pensamos entonces (y creo que aún) que ese mercado, por su características propias, se asemejaba mucho al mercado que consiguió el Mercadeo en la era de la Post guerra. Un mercado inocente, sin prejuicios y completamente influenciable. Tal vez por eso la agresividad en el mercadeo infantil, sin embargo, creemos que tarde o temprano este será un mercado que también madurará, estoy seguro.